Page 250 - STARMAN'S QUEST - Silverberg Robert
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bre Max no pudo ver cumplidos sus deseos.
«Steve y yo lo haremos por ti, Max», pensó Alan.
El joven miró a su hermano. Los dos tenían
muchas cosas que contarse.
—Cuando desperté a bordo de la Valhalla —dijo
Steve— y comprendí que me habías emborrachado,
me entró tal locura, que, si llego a tenerte al alcance
de mis manos en aquel momento, te hago pedazos.
—Puedes hacerlo ahora, bien cerquita me tienes.
—Ahora no quiero — replicó Steve riéndose.
Alan dio un puñetazo a su hermano, sin hacerle
daño. Al joven le parecía ya más amable la vida.
Había encontrado a Steve y había dado al Universo
la navegación a mayor velocidad que la luz. No
hacía falta más para que un hombre se sintiese feliz.
Un nuevo afán tenían Alan y su hermano.
Anhelaban explorar la infinidad de soles que hay
en el cielo. Había que consagrar a esta empresa la
vida entera. Y ¿quién sabía el tiempo que se tar‐
daría en realizarla?
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