Page 901 - La Patrulla Del Tiempo - Poul Anderson
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43 D.C.
La playa se extendía de izquierda a derecha, la arena
elevándose en dunas donde crecía una hierba gruesa,
hasta que la neblina nublaba la vista. Algas, conchas,
espinas de pescado y huesos de pájaros yacían esparcidos
en la zona más oscura por debajo de la línea de la marea
alta. Una pocas gaviotas volaban al viento, que soplaba
salvaje, helado. El frío tenía una regusto a sal, tenía el olor
de las profundidades. Las olas rompían bajas contra la
orilla, se retiraban, volvían a chocar un poco más alto.
Más allá rompían con fuerza, resonando huecas, cubiertas
de blanco sobre un gris acero en un horizonte que
igualmente se perdía en el cielo. Presionaba contra el
mundo, aquel cielo, tan incoloro como el mar. Por debajo,
las nubes corrían sucias y harapientas. La lluvia caminaba
al oeste.
En el interior, las juncias rodeaban los charcos cuyo
tono verde alga era la única nota de color. El bosque se
alzaba en la distancia. Un arroyo rompía el pantanal hasta
la playa. Sin duda los habitantes lo usaban para mover
cualquier bote que poseyesen. Sus casas estaban a más de
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