Page 901 - La Patrulla Del Tiempo - Poul Anderson
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                 La playa se extendía de izquierda a derecha, la arena


           elevándose  en  dunas  donde  crecía  una  hierba  gruesa,

           hasta  que  la  neblina  nublaba  la  vista.  Algas,  conchas,

           espinas de pescado y huesos de pájaros yacían esparcidos


           en la zona más oscura por debajo de la línea de la marea

           alta. Una pocas gaviotas volaban al viento, que soplaba

           salvaje, helado. El frío tenía una regusto a sal, tenía el olor

           de las profundidades. Las olas rompían bajas contra la


           orilla,  se  retiraban,  volvían  a  chocar  un  poco  más  alto.

           Más allá rompían con fuerza, resonando huecas, cubiertas

           de  blanco  sobre  un  gris  acero  en  un  horizonte  que

           igualmente  se  perdía  en  el  cielo.  Presionaba  contra  el


           mundo, aquel cielo, tan incoloro como el mar. Por debajo,

           las nubes corrían sucias y harapientas. La lluvia caminaba

           al oeste.



                 En el interior, las juncias rodeaban los charcos cuyo


           tono verde alga era la única nota de color. El bosque se

           alzaba en la distancia. Un arroyo rompía el pantanal hasta

           la playa. Sin duda los habitantes lo usaban para mover

           cualquier bote que poseyesen. Sus casas estaban a más de



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