Page 902 - La Patrulla Del Tiempo - Poul Anderson
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un kilómetro y medio de la costa, una chozas pobres y

           encorvadas bajo tejados de césped. Salía humo; aparte de


           eso, nada más se movía.



                 La nave trajo una viveza súbita. Era una belleza, larga

           y  esbelta,  de  buena  construcción,  la  proa  y  la  popa

           elevándose,  sin  palos  pero  conducida  con  rapidez  por


           treinta  remeros.  Aunque  la  pintura  roja  se  había

           desteñido, la madera seguía siendo sólida. Al canto del

           timonel,  la  tripulación  la  trajo  a  tierra,  los  hombres

           saltaron por la borda y la sacaron del agua.




                 Everard  se  acercó.  Lo  esperaron  con  precaución

           comedida. Al acercarse, habían visto que estaba sólo. Se

           aproximó y apoyó la base de la lanza en el suelo.



                 —Saludos —dijo.



                 Un tipo grande y lleno de cicatrices que debía de ser


           el capitán le preguntó:


                 —¿Eres de esas casas?




                 Su dialecto hubiese sido difícil de entender si Everard

           y Floris no hubiesen recibido improntas. (De una lengua

           danesa de cuatrocientos años en el futuro, lo más cercano

           disponible. Por suerte, las antiguas lenguas nórdicas no


           cambiaban  muy  rápido.  Sin  embargo,  los  agentes  no


                                                                                                         902
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