Page 965 - La Patrulla Del Tiempo - Poul Anderson
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La  torre  se  alzaba  tenebrosa  frente  a  la  mujer.  El

           guerrero de guardia bajó la lanza ante ella, que asintió y


           abrió  la  puerta.  En  la  habitación  más  allá,  un  par  de

           esclavos estaban sentados con las piernas cruzadas frente

           a un fuego bajo, las palmas unidas. El humo dio vueltas


           amargo  hasta  que  encontró  una  salida.  Sus  alientos  se

           mezclaban  con  el  humo,  pálido  bajo  la  luz  de  dos

           lámparas. Se pusieron en pie.



                 —¿Desea  la  dama  comida  o  bebida?  —preguntó  el

           hombre.




                 Wael‐Edh negó con la cabeza.



                 —Voy a dormir —contestó.



                 —Guardaremos  vuestro  sueño  —dijo  la  muchacha.

           Era  innecesario,  nadie  excepto  Heidhin  se  atrevería  a

           subir la escalera sin ser anunciado, pero ella era nueva. Le


           dio a su ama una de las lámparas y Wael‐Edh subió.


                 Un  espíritu  de  luz  diurna  colgaba  en  la  ventana


           cubierta con tripa fina, y la llama ardió amarilla. Por otra

           parte, la alta habitación estaba ya llena de oscuridad, en

           la que sus cosas se acurrucaban como trolls bajo tierra. No


           deseaba  irse  todavía  a  la  cama.  Dejó  la  lámpara  en  un

           estante y se sentó en el alto asiento de bruja de tres patas,

           envuelta  en  la  capa.  Su  mirada  buscó  en  las  sombras

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