Page 964 - La Patrulla Del Tiempo - Poul Anderson
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                 La temprana puesta de sol ardía sobre el bosque. Las


           ramas eran como huesos negros retorcidos. Los charcos

           en campos y prados ardían de un rojo apagado bajo un

           cielo verdoso tan frío como el viento que se movía entre

           ellos.  Pasó  una  bandada  de  cuervos.  Los  graznidos


           ásperos resonaron durante un tiempo después de que la

           oscuridad se los hubiese tragado.



                 Un gañán que llevaba heno desde el montón hasta la

           casa  se  estremeció,  no  sólo  por  el  tiempo,  cuando  vio


           pasar a Wael‐Edh. Ella no era desconsiderada, a su modo

           austero, pero estaba en contacto con los Poderes, y ahora

           salía  del  lugar  sagrado.  ¿Qué  había  oído  y  dicho  allí?

           Durante meses ningún hombre había conseguido hablar


           con ella, como había sido común antaño. Durante el día

           recorría los campos o se sentaba bajo un árbol a meditar,

           sola, por su propio deseo, pero ¿por qué? Era una época


           terrible,  incluso  para  los  brúcteros.  Demasiados  de  sus

           hombres habían regresado de tierras bátavas o frisias con

           historias de percances y desgracias, o ni siquiera habían

           vuelto. ¿Podrían los dioses estar dando la espalda a su


           profetisa? El gañán murmuró un hechizo de buena suerte

           y se alejó apresuradamente.

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