Page 180 - El largo viaje a un pequeño planeta iracundo - Becky Chambers
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—No puedo creer que fuera una survivalista —
repuso Sissix—. Parecía que tenía los pies en la tierra,
chiste malo aparte.
—Perdonad, ¿quién? —preguntó Rosemary.
—Mala. La madre de Jenks —respondió Kizzy—. Está
en el proyecto Samsara. Trabaja con mamíferos.
Deberías pedirle a Jenks que te enseñe algunas fotos
de sus bolitas de pelo. Por todas las estrellas, los
vombátidos…
Rosemary se detuvo un instante. Tenía que haber
oído mal.
—Espera, ¿era una survivalista? —No podía ser
cierto, no si esta mujer vivía en el anillo. Los
survivalistas eran tan radicales como los gaiistas. No
solo eran xenófobos, sino que además eran
tecnófobos. Creían que la tecnología era lo que había
condenado su planeta desde el principio, y el único
modo de conseguir la redención era vivir como los
animales que eran. Los survivalistas eran cazadores‐
recolectores estrictos y puristas genéticos, y se
abstenían no solo de las terapias genéticas rutinarias,
sino también de las vacunas. La debilidad, creían,
tenía que ser erradicada con la crianza. Parecían
ignorar el hecho de que la única razón por la que la
Tierra disponía de terrenos de los que podían vivir
era porque la República Solar les había concedido un
enorme territorio de tierra cultivable restaurada,
repleta con plantas comestibles y rebaños que habían
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