Page 191 - El largo viaje a un pequeño planeta iracundo - Becky Chambers
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más allá de lo reconocible, mejorando la salud, la
inteligencia, las habilidades sociales… Cualquier cosa
que se necesitara para los trabajos que estaban
destinados a ocupar. Las tareas domésticas las
realizaban las personas criadas sin ninguna alteración
genética, excepto dos: infertilidad y falta de cabello
(para que fuera más fácil reconocerlos). Los
aumentados estaban tan convencidos de su
superioridad sobre la clase obrera que no habían
estado preparados en absoluto para el improbable
éxodo de Pepper, el cual comenzó con una afortunada
huida de una planta de manufacturación de
tecnología, al final de su niñez, y culminó en un
gigantesco vertedero que se convirtió en su hogar
temporal. Allí, entre incontables desechos, Pepper
encontró un tesoro escondido: un transbordador
interestelar abandonado. Usando tan solo las piezas
de desguace que pudo encontrar, Pepper parcheó y
pirateó y acabó por convencer al transbordador para
que volviera a la vida. Le llevó unos seis estándares
conseguir que la cosa volara, y casi un estándar más
robar el suficiente combustible. El precio de su
libertad fue malnutrición severa, que casi la había
matado cuando finalmente el transbordador fue
interceptado por una nave patrulla de la CG. Llevaba
en Puerto Coriol ocho estándares, lo suficiente como
para convertirse en parte esencial de la comunidad
local de modificadores, y había cuidado su salud
durante ese tiempo. Pero, aunque le encantaba comer
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