Page 345 - El largo viaje a un pequeño planeta iracundo - Becky Chambers
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Rosemary no estaba segura de cómo respondió, algo
sobre estar bien y necesitar algo de aire. Se excusó,
caminó despacio por el pasillo y salió de la casa.
Fuera, los grillalacranes seguían con su danza caótica.
El sol se ponía tras ellos, transformando la escena en
un macabro teatro de sombras. Rosemary estaba
impávida. Los grillalacranes no parecían reales. La
casa, los hermanos, la luna bajo sus pies: nada de
aquello parecía real. En lo único que podía pensar era
en aquel rostro pixelado en el proyector, el rostro del
que se alejaba viajando por toda la galaxia. Trató de
calmar la respiración, trató de contener la pura y
asfixiante sensación que le brotaba en el pecho. Se
sentó en el suelo y se miró las manos. Rechinó los
dientes. Todo lo que se había esforzado tanto para
alejar cuando dejó Marte empezaba a burbujear, y no
estaba segura de poder contenerlo esta vez. Sin
embargo, debía. Debía.
—¿Rosemary?
Rosemary dio un respingo. Era Jenks, de pie junto a
ella. No había oído la puerta, ni los pasos. Apenas oía
a los grillalacranes que zumbaban por encima.
—¿Algo va mal? —Tenía las manos en los bolsillos,
las cejas unidas.
Al mirarlo a los ojos, algo dentro de ella se rompió.
Sabía que le podía costar la benevolencia de la
tripulación y su sitio en la Peregrina, pero no podía
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