Page 396 - El largo viaje a un pequeño planeta iracundo - Becky Chambers
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retirada,  pero  no  de  todo.  El  estasis  zumbaba.  Los


          bichos correteaban. Era un buen sitio para cotillear.



          —Son tan guapos —dijo Rosemary, observando a los

          aeluones llenarse alegremente la boca alrededor de la


          mesa—. Ojalá tuviera escamas.



          —Sabrás tú —dijo Sissix—. Agradece que tu piel no


          se mude de golpe.


          —¿Los aeluones mudan?



          —No. Cabrones. —Cogió un par de hojaldres del bol


          del regazo de Rosemary.



          —¿Tú cómo los ves? Sé que la belleza es relativa.



          —Cierto,  pero  los  aeluones  son  la  excepción

          universal. Son tan hermosos que roza lo estúpido. —


          Sissix masticó los hojaldres.



          —Los harmagianos puede que no estén de acuerdo.



          —Los harmagianos no tienen voz en este tema.


          —¿Por qué?



          —Porque no tienen huesos y están cubiertos de moco.



          Rosemary soltó una risita.



          —No es culpa suya.



          —Sigue siendo cierto. —Sissix sonrió—. Sin embargo,


          míralos. —Señaló con la cabeza hacia los aeluones—.

          Mira  cómo  se  mueven.  Incluso  los  detalles  más


          pequeños. Como ese, mira cómo alza la taza. No se


          mueven.  Danzan.  —Cogió  otro  puñado  de








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