Page 392 - El largo viaje a un pequeño planeta iracundo - Becky Chambers
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—Me siento como si hubiera debido dejar los zapatos
en la puerta —dijo Jenks a Kizzy mientras seguían a
Oxlen por los pasillos de la fragata aeluona.
Kizzy asintió. Había visto naves aeluonas en muelles
y fotos en el Enlace de cómo eran por dentro, pero
estar en el interior de una… Era como caminar por
una obra de arte. Las paredes grisáceas eran prístinas,
ni un tornillo ni un panel a la vista. No podía ver ni la
más mínima junta, tan solo líneas continuas de luz
tenue que emanaba de la bóveda curva. No había
marcos de ventanas, ni filtros de aire visibles. Era una
nave tan pulida y perfecta como un canto rodado. Y
también silenciosa. Aunque los aeluones se habían
hecho con medios para procesar sonidos y
expresiones verbales, solo necesitaban esas
habilidades para comunicarse con otras especies. En
sus naves, el sonido no tenía utilidad. No había voxes
ni sirenas ni paneles que pitasen o chirriasen. Incluso
los sistemas de soporte vital y las redes
artigravitatorias emitían un sonido tan leve que Kizzy
apenas podía captarlo (aunque dudaba que el diseño
fuera silencioso a propósito; tan solo estaban
extremadamente bien construidos). La ausencia de
sonido hacía que la nave pareciera casi un lugar
sagrado, como un templo construido en honor a la
buena tec. Las enormes botas y los cinturones de
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