Page 144 - A La Deriva En El Mar De Las Lluvias - Varios Autores
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con  sus  electrodomésticos  decrépitos  y  las  tres


           mismas  baldosas  resquebrajadas  de  siempre  en  el


           suelo  (cada  uno  de  nosotros  se  había  cargado  una


           distinta).  Aunque  la  estancia  siempre  me  había



           parecido acogedora y reconfortante, al verlo absorto


           en  una  marca  de  quemadura  que  llevaba  en  la


           encimera  desde  que  él  la  dejase  allí  por  accidente


           cuando  era  pequeño,  por  un  instante  me  sentí


           culpable por no haberme tomado nunca la molestia


           de repararla.




                  —No deberías haberme ocultado lo que pasaba —


           dijo cuando consiguió dominar sus emociones.




                  —Y tú no deberías haberte largado, ni convertido


           en lo que sea que eres ahora.




                  —¡Maldición,  es  mi  madre!  —El  tintineo  de  las


           campanillas se disparó; supuse que estaría gritando,



           o cabreado.




                  —No podrías haber hecho nada. —Abrí la puerta


           de la nevera con una orden y saqué una cerveza—.


           ¿Te  apetece  una  antes  de  volver  adondequiera  que


           esté el infierno del que te has escapado?




                  —Arrugué  el  entrecejo,  pensando  en  lo  que


           acababa de decir—. ¿Puedes beber como una persona


           normal?




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