Page 154 - A La Deriva En El Mar De Las Lluvias - Varios Autores
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—Lo intenté.
—Pues qué bien —repliqué, indignado—. Podías
haberle puesto un poquito más de empeño, ¿no crees?
Porque ahora es demasiado tarde para intentarlo otra
vez.
—No es ella la que me odia. Yo ya me había ido de
casa y había encauzado mi vida cuando se me
presentó esta oportunidad. Cualquiera diría que
dependíais de mí para subsistir. Era un adulto que se
había independizado y tenía su residencia a seis
estados de distancia. —Hizo una pausa—. Sigo sin
saber qué es lo que más te molesta: que abandonara el
planeta o que lo hiciera con este aspecto.
—Un día eras miembro de nuestra familia. Cuatro
meses después ni siquiera eras miembro de la especie
humana.
—Sigo siéndolo —insistió.
—Mírate en el espejo, anda.
Usó la punta de aquel índice de treinta
centímetros para darse unos golpecitos en la frente.
—Lo que cuenta es lo que hay aquí dentro.
—Dicen que los ojos son el espejo del alma —
repliqué—. Los tuyos parecen de insecto.
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