Page 158 - A La Deriva En El Mar De Las Lluvias - Varios Autores
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—Me alegra que te guste —dijo la criatura que
alguna vez fue nuestro hijo.
—¿Cantas bien?
Philip se encogió de hombros; fue como si todo su
cuerpo destellara al reflejarse la luz en él.
—Pues no lo sé, la verdad —reconoció—. Nunca
he probado.
—Tienes cara de hambre —dijo Julia—. Te
preparo alguna cosa, si quieres.
Le di un codazo a Philip y, cuando me miró,
sacudí sucintamente la cabeza. No. Julia ya había
prendido fuego a la cocina dos veces, y desde
entonces siempre encargaba que nos trajeran la
comida a domicilio.
Lo pilló a la primera.
—No, gracias. Acababa de comer cuando llegué.
—Lástima. Se me da bien la cocina.
—Seguro que preparas un bizcocho de caramelo
estupendo.
—Siempre había sido su postre preferido.
—El mejor —respondió ella, henchida de
orgullo—. Me caes bien, jovencito. —Frunció el ceño,
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