Page 68 - A La Deriva En El Mar De Las Lluvias - Varios Autores
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—Adiós  —le  dijo  Cindy  a  Laura  al  final  de  la


           entrevista y se despidió con la mano.




                  —Adiós  —dijo  Laura—.  Eres  simpática.  —Y  le


           devolvió el gesto.




                  Todas las entrevistas siguieron el mismo esquema.


           El  momento  en  que  Laura  se  giraba  hacia  el


           entrevistador y contestaba a una pregunta siempre se



           hacía algo incómodo y desasosegante. Ver cómo un


           objeto inanimado se comportaba de forma inteligente


           tenía  ese  efecto  en  las  personas.  Quizás  todos


           pensaban que la muñeca estaba poseída. Entonces yo


           explicaba  cómo  funcionaba  Laura  y  todos  se


           quedaban  encantados.  Me  aprendí  de  memoria  las


           respuestas menos técnicas y más agradables a todas



           las  preguntas  hasta  que  pude  recitarlas  incluso  sin


           haberme tomado el primer café. Llegó a dárseme tan


           bien  que  a  veces  hacía  toda  la  entrevista  en  piloto


           automático,  ni  siquiera  le  prestaba  atención  a  las


           preguntas  y  dejaba  que  las  mismas  palabras  que


           escuchaba una y otra vez provocaran mis respuestas.




                  Las  entrevistas,  junto  con  los  demás  trucos  de


           marketing, funcionaron. Tuvimos que externalizar la


           fabricación tan rápidamente que durante un tiempo


           todos los suburbios chabolistas de la costa de China


           debieron de estar produciendo Lauras.




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