Page 45 - Vienen cuando hace frio - Carlos Sisi
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—¡No tiene nada que agradecer! Espere a que le
diga a mi mujer que aquí vive un descendiente de
Cerón Harper. Va a alucinar pepinillos, se lo
aseguro. Probablemente me haga volver otro día
con un pastel aún mayor.
Joe soltó una pequeña carcajada.
—¡Intentaré acabarme este pronto, en ese caso! —
exclamó—. En serio, vuelva siempre que quiera. Si
sabe usted de reparaciones, puede sentarse en una
silla y ayudarme con algo de teoría, si le parece
bien. Agradeceré un consejo o dos.
—¡Trato hecho! —dijo Herron, dejándose caer en el
asiento del conductor. Lo hizo con un pequeño
resoplido, como si su cuerpo empezara a tener
tendencia a quedarse agarrotado en ciertas
posturas—. Desde luego, hay un par de cosas que
tendremos que hablar usted y yo si piensa pasar
aquí el invierno.
Joe asintió, algo intrigado por el comentario, pero
salvo por un breve saludo con la mano, eso fue
todo. El coche se alejó por el camino, circulando
despacio pero esquivando los baches y los
socavones con una pericia inimitable. Casi parecía
que era el viejo Herron quien vivía allí.
El pastel de la señora Herron resultó mucho más
digerible de lo que el propio Pete Herron había
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