Page 68 - Vienen cuando hace frio - Carlos Sisi
P. 68

las autoridades locales, así que la prensa no publicó


            apenas nada, pero hubo problemas similares a los


            que encontraron los alaskos y nuestros amigos los


            espeleólogos. Lo que se pudo saber se comentaba a


            pie  de  calle.  Los  agentes  que  intervinieron  eran


            locales, así que la noticia no tardó en llegar a los


            bares donde los lugareños pasaban la mayor parte



            del día bebiendo.



            —Pero… ¿qué ocurrió?



            —La mayor parte del equipo se volvió loco. Hubo


            gente  que  vino  de  Washington,  especialistas  en


            obtención de pruebas, análisis de campo y cosas así.


            Gente muy capaz con muchos años de experiencia


            a su espalda, y grandes equipos técnicos, al menos



            considerando  la  época.  Era  el  tipo  de  gente  que


            podía  desayunar  café  y  hamburguesas  sobre  el


            estómago abierto en canal de un negro de Harlem


            sin  inmutarse.  Pero  enloquecieron  también.  Los


            devolvieron  en  cajas  negras.  Unos  estaban


            acribillados a balazos, y otro acabó con un piolet


            clavado en el cráneo, por lo que se decía.




            Joe estaba lívido. De repente le parecía que el sol ya


            no calentaba tanto.



            —Pero… ¿por qué? —preguntó con un hilo de voz.



            Pete  siguió  hablando  como  si  no  le  hubiera


            escuchado.



                                                                                                            67
   63   64   65   66   67   68   69   70   71   72   73