Page 73 - Vienen cuando hace frio - Carlos Sisi
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De pronto, Joe se sintió confundido y avergonzado.
—Pete… —susurró al fin, con la voz quebrada.
—No pasa nada —se apresuró a decir el señor
Herron.
—Pete, yo… Lo… Lo siento.
—Por esto te he hecho venir, Joe. Yo ya lo sabía. No
te preocupes. Quería que lo sintieras por ti mismo.
—Es… ¿Es el Pozo? —preguntó, abriendo mucho
los ojos.
Pete asintió con la cabeza.
—Es… Es terrorífico, Pete… Iba a… No sé lo que
habría hecho. Creo que habría podido golpearte.
Lo imaginó rodando por la ladera convertido en un
confuso fardo, con los brazos y las piernas
moviéndose como los de un muñeco de trapo.
Podría haberse golpeado la cabeza con una piedra.
Podía haberse roto la cadera. O algo peor.
Pete se levantó, no sin cierto esfuerzo, y comenzó a
ajustarse la mochila a la espalda.
—Ahora ya lo sabes —dijo—. Será mejor que nos
vayamos. Cuanto antes.
Joe estuvo inmediatamente de acuerdo. Ni siquiera
se volvió para mirar la abyecta abertura en la tierra.
No quería recordar su forma, no quería volver a
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