Page 98 - Enemigo Mío - Barry B. Longyear
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—Tío. ¿Cómo se hacen los dracs aquí?



               Puse las piernas encima del colchón y me tendí. ¿Cómo

        se forman los draconitos? Miré a Zammis y vi que el niño


        estaba pendiente de cualquier palabra que dijera. Hice una

        mueca y expliqué la verdad.



               —Ojalá lo supiera. Zammis. Ojalá lo supiera.



               Treinta  segundos  más  tarde.  Zammis  había  vuelto  a

        jugar  con  sus  piedras.  En  verano,  le  enseñé  a  Zammis  a

        capturar  y  despellejar  las  largas  serpientes  grises,  y  cómo


        ahumar su carne. El niño se ponía en cuclillas en la orilla

        poco  profunda  junto  a  una  charca  de  barro.  Sus  ojos

        amarillos miraban fijamente en los nidos de serpientes de la

        ribera, aguardando a que una de sus ocupantes asomara la


        cabeza. El viento soplaba, pero Zammis no se movía. Pasado

        un tiempo, parecía una cabeza aplastada y triangular, dotada

        de pequeños ojos azules. La serpiente examinaba la charca,


        se  volvía  y  examinaba  la  orilla.  Luegoexaminaba  el  cielo.

        Salía un poco del agujero, después volvía a examinarlo todo.



               Con  frecuencia  las  serpientes  miraban  directamente  a

        Zammis pero el drac habría podido pasar por una estatua de

        piedra. Zammis no se movía hasta que el reptil estaba tan


        alejado del agujero que no podía volver a meterse dentro.



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