Page 103 - Enemigo Mío - Barry B. Longyear
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—¡Fabuloso!  —Me  volví  a  Zammis,  que  aún  estaba

        medio vestido—. Vamos, Zammis. El agua está deliciosa.



               Zammis estaba mirándome fijamente con la boca abierta.



               —¿Qué ocurre?



               El niño me miró con los ojos muy abiertos, y después me


        señaló con su mano de tres dedos.


               —Tío… ¿que es eso?




               Bajé la vista.



               —Oh. —Moví la cabeza, luego levanté los ojos hacía el

        niño—. Zammis, ya te expliqué todo esto, ¿recuerdas? Soy

        humano.



               —Pero ¿para qué es eso?



               Tomé  asiento  en  la  bañera  llena  de  agua  caliente,

        apartando de la vista el objeto de discusión.




               —Es  para  la  eliminación  de  residuos  líquidos…,  entre

        otras cosas. Bueno, entra y lávate.



               Zammis se quitó sus pieles de serpiente, contempló la

        piel lisa de su doble sistema reproductor y se metió en la

        bañera. El niño se hundió en el agua hasta el cuello, sus ojos



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