Page 178 - Anatema - Neal Stephenson
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relativas a los Ati, y qué praxis podemos usar, se remontan


          a esa época.

            Lo que seguía siendo demasiado abstracto para el gusto

          de Cord, pero de pronto tuvo una idea y abrió los ojos


          como platos.

            —¿Hablas de los Conjuradores?

            Por algún reflejo estúpido e involuntario, volví la cabeza


          para  mirar  por  la  ventana  en  dirección  al  cenobio

          milenario, una fortaleza en un risco, a la altura de la parte

          superior de esa torre pero protegida de miradas por sus


          muros.  Cord  se  dio  cuenta.  Peor  aún,  pareció  que  lo

          esperaba.


            —El  mito  de  los  Conjuradores  se  originó  en  los  días

          anteriores al Tercer Saqueo —dije.

            —Y sus enemigos, los… ¿cómo se llaman?


            —Rétores.

            —Sí. ¿Cuál era exactamente la diferencia entre ellos? —


          Me  dedicó  la  mirada  más  inocente  y  expectante  del

          mundo, enrollándose en un dedo la cadena del reloj. No

          podía  ser  sincero  con  ella…  no  podía  hacerle  saber  lo


          estúpida que era la pregunta.

            —Eh, si has estado viendo motus, sabes más que yo —

          dije—. Una explicación simplista que oí en una ocasión es


          que los Rétores podían cambiar el pasado, y les encantaba

          hacerlo,  pero  que  los  Conjuradores  podían  cambiar  el

          futuro… y se mostraban reacios a hacerlo.







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