Page 305 - Anatema - Neal Stephenson
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—Vamos a dar un paseo —dije.
No añadí nada hasta que no estuvimos al otro lado del
río, paseando a la sombra que la luna arrancaba de la
muralla, y luego le conté lo que había hecho durante Voco.
—¡Bien! —dijo tras un largo silencio—. Con eso ya está
decidido.
—¿El qué?
—Debes ir con los edharianos.
—Tulia, primero, nadie lo sabe excepto Lio y tú.
Segundo, probablemente jamás se me ocurra ninguna
forma de recuperar la tablilla. Tercero, ¡probablemente no
contenga información útil!
—Detalles —se burló—. Pierdes de vista lo importante.
Lo que hiciste demuestra que Orolo tiene razón. Debes
estar en su equipo.
—¿Qué hay de ti? ¿Dónde debes estar tú, Tulia?
Le incomodó la pregunta. Tuve que hacerla de nuevo.
—Lo sucedido, en la Décima Noche, sucedió. Todos
tomamos decisiones. Quizá más tarde nos parezca lo
mejor.
—¿Y en qué medida se considera culpa mía?
—¿Eso a quién le importa?
—A mí me importa. Me gustaría haber podido salir de la
celda para convenceros de lo contrario.
—No me gusta tu forma de plantear la situación —dijo—
. Es como si los demás nos hubiésemos convertido en
adultos mientras estabas allá arriba… y tú no.
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