Page 436 - Anatema - Neal Stephenson
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—Y lo encontraste vacío —dijo Lio asintiendo—. Bien. En
el día sesenta y nueve, es probable que Spelikon le
ordenase a Sammann que recogiese la tablilla que Orolo
había dejado en el M y M. Cosa que Sammann hizo. Pero
Spelikon no sabía de la que tú habías colocado en el Ojo
de Clesthyra, así que no la solicitó.
—Pero Sammann sí que sabía de su existencia —le
recordé—. Se dio cuenta el segundo día.
—Y había decidido no contárselo a Spelikon. Pero el día
sesenta y nueve no intentó ocultar que había recogido la
tablilla de Orolo. —Lio sacudió la cabeza—. No lo
comprendo. ¿Por qué iba a arriesgarse a hacértelo saber?
Alcé las manos.
—Quizá para él no sea ningún riesgo. Ya es Ati. ¿Qué
podrían hacerle?
—Buen argumento. Ellos no pueden temer tanto a la
Guardiana Regulante como nosotros.
Me irritó un poco que me recordase que teníamos miedo,
pero, considerando todas las precauciones que habíamos
estado tomando recientemente, no podía discutírselo.
Comprendí que estaba mejorando. Recuperándome de la
pérdida de fra Orolo. Olvidando lo triste y furioso que me
sentía. Y cuando Lio mencionó a la Guardiana Regulante,
me lo recordó.
En cualquier caso, se produjo un largo silencio mientras
Lio asimilaba todo aquello. Incluso trabajamos un poco.
Me refiero a las hierbas.
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