Page 98 - Anatema - Neal Stephenson
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preparaba para la apertura de las puertas de Siglo y de


          Milenio. Era peligrosa porque las expectativas de la gente

          crecían  hasta  el  delirio  y  había  muchos  peregrinos  y

          mucha atención.


            Debido  a  mi  trabajo  con  fra  Orolo,  sabía  que  la

          Iconografía Moshiánica estaba en auge… por el llamado

          Guardián  del  Cielo.  Los  jerarcas  eran  conscientes  de  la


          situación y el Guardián Fensor le había pedido a gransur

          Tamura que organizase aquel coloquio.

            Al final, concedió permiso a toda la cosecha para salir


          extramuros durante Apert, lo que no sorprendió a nadie:

          la  amenaza  de  mantenernos  encerrados  sólo  había  sido


          para controlarnos.

            La  verdad  es  que  el  debate  había  sido  más  que

          interesante y sólo lo dejamos al oír la campana de toque


          de  queda.  Era  parte  de  nuestra  Disciplina  que  nunca

          debíamos dormir dos noches seguidas en la misma celda.


          Cada  noche,  en  una  pizarra  del  Refectorio,  se  indicaba

          quién dormía dónde. Teníamos que volver allí para saber

          dónde dormiríamos y con quién. Por tanto, todo el grupo


          abandonó  la  sala  de  tiza  y  dio  la  vuelta  al  Claustro,

          charlando  y  riendo  sobre  Dox,  Yorr  y  todos  los  demás

          personajes graciosos que los extras se habían inventado


          para darnos sentido. Los fras y sures de mayor edad se

          sentaban en bancos que miraban al Claustro, montando

          sandalias  —uno  de  nuestros  trabajos  habituales—  y


          mirándonos mal.



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