Page 279 - Las Estrellas Mi Destino - Alfred Bester
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tribus llegaban en coche, carroza, litera o en cualquier
forma de transporte de lujo. El mismo Presteign de
Presteign se hallaba junto a la puerta, gris acero, elegante,
sonriendo con su sonrisa de basilisco y dando la
bienvenida a su casa a la alta sociedad. Apenas había
pasado una celebridad por la puerta y desaparecido tras la
cortina cuando otra, aún más famosa, llegaba en un
vehículo más fabuloso todavía.
Los Colas llegaron en un camión con toda una banda de
música. La familia Esso (seis hijos, tres hijas) aparecía
magnífica en su autobús de techo de cristal de la firma
Greyhound. Pero los Greyhound llegaron (en un coche
eléctrico Edison) pisándoles los talones, y se oyeron
muchas chanzas y risas en la puerta. Pero cuando Edison
de Westinghouse desmontó de su antiguo coche que
funcionaba con gasolina Esso, completando el círculo, las
risas en las escalinatas se convirtieron en un rugido.
Cuando la multitud de invitados se giraba para entrar en la
casa de Presteign, una lejana conmoción atrajo su interés.
Era un estrépito, un tremendo repiqueteo de martillos
neumáticos y un molesto aullido metálico. Se acercaba
rápidamente. El círculo exterior de mirones abrió un
amplio camino. Un camión pesado se adelantó por ese
camino. Seis hombres estaban lanzando vigas de madera
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