Page 30 - Las Estrellas Mi Destino - Alfred Bester
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Durante dos días recorrió el pecio en salidas de cinco
minutos, y diseñó un arnés para sus hombros. Colocó un
tanque de aire sobre el arnés y lo conectó al casco de su
escafandra con un tubo improvisado. Recorría el espacio
como una hormiga arrastrando un tronco, pero tenía la
libertad de todo el Nomad durante todo el tiempo.
Pensó.
En el puente, aprendió por sí mismo a utilizar los contados
instrumentos de navegación que no estaban destruidos,
estudiando los manuales standard que flotaban en la
averiada sala de navegación. En los diez años de su servicio
en el espacio no había soñado jamás con intentar tal cosa, a
pesar de las promesas de promoción y mayor paga; pero
ahora tenía al Vorga—T:1339 como recompensa.
Tomó marcaciones. El Nomad estaba flotando en el espacio
en la eclíptica, a unos quinientos millones de kilómetros del
Sol. Ante él se extendían las constelaciones de Perseo,
Andrómeda y Piséis. Colgando casi en primer plano se
hallaba el polvoriento punto naranja que era Júpiter, que se
veía distintamente como un disco planetario. Con alguna
suerte podría establecer una trayectoria hacia Júpiter y ser
rescatado.
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