Page 29 - Las Estrellas Mi Destino - Alfred Bester
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implacable, con los cohetes de popa brillando de nuevo
mientras aceleraba en una trayectoria hacia el Sol.
Así que, en cinco segundos, nació, vivió y murió. Tras
treinta años de existencia y seis meses de tortura, Gully
Foyle, el estereotipo del Hombre Medio, dejó de serlo. Giró
la llave en la cerradura de su alma y se abrió la puerta. Lo
que emergió echó afuera al Hombre Medio para siempre.
—Pasas al lado —dijo, con una furia que crecía
lentamente—. Me dejas para que me pudra como un perro.
Me dejas para que muera, Vorga... Vorga—1:1339. No,
saldré de aquí, saldré. Te seguiré, Vorga. Te encontraré,
Vorga, Me las pagarás. Haré que te pudras. Te mataré,
Vorga. Te mataré lentamente. Yo.
El ácido de la furia corrió a través de su cuerpo, corroyendo
la paciencia animal y la lentitud que había convertido a
GuJly Foyle en una cifra, precipitando una cadena de
reacciones que harían de Gully Foyle una máquina
infernal. Era un hombre dedicado a una causa:
—Vorga, te mataré lentamente. Yo.
Hizo lo que la cifra no podía haber hecho: se rescató a sí
mismo.
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