Page 50 - Las Estrellas Mi Destino - Alfred Bester
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cocodrilo y caminaron hasta la Grand Army Plaza para
repetir la memorización y el jaunteo.
Robin estaba reeducando a los pacientes (todos habían
perdido el poder de jauntear debido a lesiones en la cabeza)
para que aprendieran las paradas express, por decirlo así,
de las plataformas de jaunteo públicas. Más tarde
memorizarían las paradas locales en las intersecciones de
las calles. Mientras se expandían sus horizontes (y
retornaban sus poderes) memorizarían estaciones de
jaunteo en círculos cada vez más amplios, limitados tanto
por sus presupuestos como por su habilidad; pues una cosa
era cierta: uno tenía necesariamente que ver un lugar para
memorizarlo, lo que quería decir que uno tenía primero
que pagar el transporte que lo llevase allí. Ni siquiera
servían las fotos tridimensionales. Los viajes de placer
habían tomado un nuevo significado para los ricos.
—Localización. Elevación. Situación —enseñaba Robin
Wednesbury, y la clase jaunteaba por estaciones express
desde Washington Heights hasta el Puente del Hudson, y
de regreso en saltos de entrenamiento de medio kilómetro
cada uno, siguiendo atentamente a su adorable profesora
negra.
El pequeño sargento especialista con el cráneo de platino
habló de pronto en el idioma de los bajos fondos:
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