Page 92 - Las Estrellas Mi Destino - Alfred Bester
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Antes de que Sheffield pudiera contestar, se oyó una
discreta llamada en la puerta de la Cámara Estelar e
hicieron entrar a Saúl Dagenham. Hubo un tiempo en el
que Dagenham era uno de los genios investigadores de los
Planetas Interiores, un físico de inspirada intuición,
memoria fotográfica, y un computador de la sexta
generación por cerebro. Pero se había producido un
accidente en Tycho Sands, y la explosión nuclear que
debería haberlo matado no lo hizo. Sin embargo, lo había
vuelto peligrosamente radiactivo; lo había dejado
ʺcalienteʺ; lo había transformado en el equivalente de un
trasmisor tifoideo del siglo XXIV.
El gobierno de los Planetas Interiores le pagaba 25.000
créditos anuales para que tomase precauciones que
esperaban cumpliese. Evitaba el contacto físico con
cualquier persona por un tiempo superior a cinco minutos
diarios. No podía ocupar otra habitación que no fuera la
suya durante más de media hora al día. Ordenado y
pagado por los Planetas Interiores para aislarse a sí mismo,
Dagenham había abandonado la investigación y edificado
el coloso que era los Correos Dagenham.
Cuando Yʹang—Yeovil vio al bajo cadáver rubio de piel
plomiza y la sonrisa de calavera entrando en la Cámara
Estelar, supo que en este encuentro tenía asegurada la
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