Page 159 - Mundos En El Abismo - Juan M. Aguilera
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pequeños caseríos solitarios. La babilonia
permanecía invisible a sus pies, oculta por la
masa del ascensor.
Tras veinticuatro horas de ascensión el
aparato alcanzó la mitad de su trayecto,
deteniéndose en la estación intermedia.
Jonás pudo contemplar el paisaje del planeta
visto desde doce mil kilómetros de altura a
través de los miradores semicirculares. Una
vez más comprobó que los mundos eran
redondos. Bajo él se extendía el planeta como
una inmensa curva dotada de todos los tonos
entre el azul y el blanco. Pensó en lo lejanos
que parecían ahora sus problemas en aquel
mundo, contemplados desde esta altura.
Durmió cómodamente en una pequeña
habitación de hotel reservada para oficiales, y
al día siguiente reemprendió su viaje.
Esta vez se trataba de un ascensor más
pequeño, con la forma aproximada de una caja
de zapatos. A aquella altura la atmósfera era
tan débil que las formas aerodinámicas eran
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