Page 47 - Mundos En El Abismo - Juan M. Aguilera
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esparcidas sobre las losas... Las hojas sin
recoger desde que llegaron los guerreros de
las estrellas.
Ahora estaba completamente despierto,
aunque un poco aturdido, y el sonido de los
intencionados pasos en la ciudad ocupada sólo
podía significar una cosa.
Dharmamahamatras.
Unos golpes, rápidos e insistentes,
repercutieron en su puerta como un negro
presagio. Se deslizó fuera del lecho,
olvidándose del frío de la habitación, y
embutió sus piernas
en unos helados aros de metal. Durante un
instante sopesó la posibilidad de huir. Pero
huir, ¿a dónde? ¿Cómo podría salir del planeta
sí sus verdugos controlaban la única salida: la
babel? Se imaginó a sí mismo, corriendo
torpemente sobre sus piernas atrofiadas,
perseguido por una jauría de perros.
Se ajustó las correas de cuero de sus prótesis,
y fue a abrir sin más preámbulos. Dos hombres
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