Page 167 - El Planeta Prohibido - Stuart W J
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Oyendo el eco de nuestros pasos, llegamos a la segunda

         arcada.  Agachándome,  les  mostré  el  camino.  Luego,  me

         quedé a un lado, contemplándolos en su primera visión del

         laboratorio.


                Miraron  en  derredor,  sin  creer,  enmudecidos  como

         niños que, por vez primera, enfrentan las maravillas de la

         vida.

                —Este  es  uno  de  los  laboratorios  de  los  Krell  —les


         expliqué—. No es el más grande de todos, según muestran

         mis investigaciones, pero sí es el más importante…

                Una vez más, Adams me interrumpió:


                —¡No  es  el  más  grande!  —repitió—.  Pero  es…  ¡es

         tremendo!  —Nuevamente  la  mente  infantil  había  hecho

         hincapié en lo trivial, para afirmarse.


                Tuve paciencia con él.

                —El “tamaño”, comandante —dije— es algo puramente

         relativo,  solamente  cuestión  de  escala.  Usted  no  ha

         reajustado aún sus ideas.


                Le tocó el turno a Ostrow.

                —¿Dijo usted un laboratorio Krell? —me preguntó—.

         Pero, este equipo… la iluminación… todo… ¡parece nuevo!

         Como si sólo tuviera unos pocos años de existencia…


                Se detuvo al ver mi expresión. Con toda la deliberación

         de que fuí capaz, le expliqué:

                —Todo lo que usted ve aquí, mayor Ostrow, todo lo que





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