Page 165 - El Planeta Prohibido - Stuart W J
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se dirigió a mí, sino a Ostrow.
—Quizás eso explica los animales —dijo—. Tal vez los
trajeron de regreso…
—O sus predecesores —apuntó Ostrow. Me miraba a
mí—. Ellos… los Krell, no estaban interesados, supongo, en
nada tan primitivo como el pitecántropo, ¿verdad?
Proseguí, como si no hubieran hablado.
—Terminadas sus exploraciones, los Krell parecen
haber alcanzado los mismísimos pináculos del saber,
quedándoles sólo el último pico por escalar y conquistar.
Pero entonces, —mi voz tembló sin que pudiera evitarlo—,
pero entonces, en este punto culminante de su grande y
verdaderamente milagrosa historia, esta raza divina fué
destruida. En una noche de desastre desconocido e
inimaginable, fueron borrados del planeta…
Los había captado ahora. Sus miradas estaban fijas en
mi cara; no hicieron ningún movimiento ni produjeron
ningún sonido. Continué:
—Y a lo largo de los interminables siglos transcurridos
desde aquel horrible desastre, toda traza de las Krell y de
sus obras se ha desvanecido de la faz de este planeta. Aun
las ciudades, con sus torres de reluciente metal traslúcido
que horadaban las nubes, se han desmenuzado y mezclado
con el polvo. Ningún resto de esa poderosa civilización
queda en pie…
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