Page 196 - El Planeta Prohibido - Stuart W J
P. 196
la aguja.
En menos de un minuto estuvo dormido. Tan
profundamente, que ni siquiera un Krell lo hubiera podida
despertar.
Me enderecé y guardé la jeringa en el valijín. Encendí
un cigarrillo, miré al hombre dormido y pensé que debería
estar en cama. Me pregunté dónde estaría Altaira. Había
que informarle acerca del estado de su padre, a quien había
que dejar tranquilo por lo menos doce horas, y además yo
necesitaba saber dónde quedaba el dormitorio.
Consideré la posibilidad de buscar a Robby y hacer que
me ayudara. Pero se me ocurrió que tendría que “activarlo”
y la idea no me sedujo mucho…
Salí en busca de Adams. Estaba seguro de que estaría en
el patio, pero no era así. Fui hasta el tractor, estacionado
sobre la ruta azul‐grisácea y di la vuelta en torno al vehículo.
En ese momento me afectó el silencio. Era demasiado
absoluto. Me hizo comprobar cuán terrible podría resultar
el adjetivo “sobrenatural”.
Miré inquieto hacia la casa, cuyas ventanas me
devolvieron la mirada. Atravesé con la vista el tramo
cubierto de césped, donde contempláramos a Altaira
jugando con sus animales. Pero no había nada más que el
césped. De pronto, me di cuenta de que no me agradaba su
color. Deseaba que fuera verde, en lugar de dorado. Quería
196

