Page 278 - Las Naves Del Tiempo - Stephen Baxter
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Las  charreteras  eran  pesadas,  pero  se


                  ajustaron muy bien a la chaqueta; aun así la


                  máscara  que  Oldfield  me  había  dado,

                  aunque era amplia y encajaba bien, era muy


                  incómoda.  Vi  que  las  gafas  se  empañaban


                  casi  inmediatamente,  y  la  goma  y  el  cuero


                  con  los  que  estaba  hecha  pronto  se

                  empaparon de sudor.


                  —Nunca me acostumbraré a esto.


                  —Espero  que  no  nos  quedemos  aquí  el

                  tiempo  suficiente  como  para  tener  que


                  hacerlo  —murmuró  Moses  con  la  voz


                  apagada por la máscara.


                  Me volví a Nebogipfel. El pobre Morlock —

                  que  ya  iba  encajado  en  un  uniforme


                  escolar—  estaba  ahora  coronado  por  una


                  ridícula  máscara  demasiado  grande  para  él:

                  cuando  movía  la  cabeza,  el  filtro  de  insecto


                  del frente se balanceaba.


                  Le palmeé la cabeza.


                  —¡Al  menos  ahora  no  destacará  en  la

                  multitud, Nebogipfel!


                  Omitió responder.


                  Salimos del útero metálico del Raglan a una

                  mañana  brillante  de  verano.  Debían  de  ser


                  las dos de la tarde, y la luz del sol se reflejaba


                  en los monótonos colores del Juggernaut. Mi


                  máscara se llenó inmediatamente de vaho y

                  sudor;  deseé  poder  quitarme  aquella


                  presencia pesada de la cabeza.



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