Page 283 - Las Naves Del Tiempo - Stephen Baxter
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—Ataques aéreos... Éste no es un mundo
feliz, Filby, si ha tenido que inventar esos
términos.
Suspiró.
—Tienen torpedos aéreos, ¿entiendes? Me
refiero a los alemanes. ¡Máquinas voladoras,
que pueden ir a un punto a doscientas millas
de distancia, tirar una bomba y volver! Todo
mecánico, sin la intervención humana. Es un
mundo de maravillas; la guerra es un gran
acicate para las mentes inventivas, ya lo
sabes. ¡Te encantará esto!
—Los alemanes... —dijo Moses—. No hemos
tenido sino problemas con los alemanes
desde que apareció Bismarck. ¿Sigue vivo el
viejo canalla?
—No, pero tiene buenos sucesores —dijo
Filby ceñudo.
Yo no tenía nada que decir. Desde mi punto
de vista, tan alejado ya del de Moses, incluso
un bruto como Bismarck apenas merecía la
pérdida de una sola vida humana.
Filby me contaba, a trozos, más maravillas de
la guerra en aquella edad oscura: submarinos
de ataque, diseñados para proseguir las
batallas de gas, con una autonomía
prácticamente ilimitada, y que contenían
media docena de misiles aéreos cada uno,
todos llenos de una cantidad formidable de
bombas de gas; un torrente de cacharros me‐
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