Page 554 - Las Naves Del Tiempo - Stephen Baxter
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mucho  más  ágil.  Incluso  podríamos  viajar


                  durante millas... es mejor que un caballo...


                  —Aun  así,  ten  cuidado  —le  aconsejé—.

                  Stubbins, si más tarde te unes a mí...


                  —¿Sí?


                  —Puede que tenga una sorpresa para ti.


                  Stubbins tiró de la cabeza del Pristichampus.

                  Le costó trabajo, pero se las arregló para que


                  la  bestia  diese  la  vuelta.  La  gran  criatura


                  salió  del  claro  y  volvió  al  bosque;  los

                  músculos  de  las  piernas  funcionaban  como


                  pistones.


                  Nebogipfel  se  unió  a  mí,  con  la  cabeza  casi


                  perdida bajo un gran sombrero de ala ancha.

                  —Es  un  gran  logro  —le  dije—.  Pero,  ¿ves?,


                  apenas puede controlarlo...


                  —Ganará —dijo Nebogipfel—. Los humanos

                  siempre lo hacen. —Se acercó más a mí y su


                  pellejo blanco brilló bajo la luz del sol de la


                  mañana—. Escúchame.


                  Me           sorprendió                   ese          súbito            susurro

                  incongruente.


                  —¿Qué? ¿Qué pasa?


                  —He terminado mi construcción.

                  ¿Qué construcción?


                  —Me  voy  mañana.  Si  quieres  unirte  a  mí,


                  serás bienvenido.


                  Se volvió y, sin hacer el más mínimo ruido,

                  se  adentró  en  el  bosque;  en  un  momento  el







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