Page 577 - Las Naves Del Tiempo - Stephen Baxter
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Encima, las nubes perlíferas se hacían más
gruesas y la bandas del Sol y la Luna
quedaron oscurecidas.
—Creo que esas nubes son de cenizas —le
dije a Nebogipfel—. Parece que la Tierra
arde... Nebogipfel, ¿qué pasa?
—Es como temía —dijo—. Tus amigos
derrochadores... esos nuevos humanos...
—¿Sí?
—Con su intromisión y descuido, han
destruido el equilibrio vital del clima del planeta.
Temblé, porque hacía frío: era como si el
calor se escapase del mundo por un desagüe
intangible. Al principio agradecí aquel alivio
del calor ardiente; pero aquel frío pronto se
hizo insoportable.
—Atravesamos una fase de exceso de
oxígeno, de una mayor presión
atmosférica—dijo Nebogipfel—. Los
edificios, plantas y hierbas, incluso la madera
húmeda, arden espontáneamente en tales
condiciones. Pero no durará mucho. Es una
transición a un nuevo equilibro... Es una
inestabilidad:
La temperatura caía en picado —el área
adoptó el aspecto de un noviembre frío— y
me apreté la camisa más cerca del cuerpo.
Tuve la breve impresión de un parpadeo
blanco —era la aparición estacional de la
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