Page 582 - Las Naves Del Tiempo - Stephen Baxter
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»Pero el equilibrio es inherentemente
inestable. ¿Entiendes? Es como un lápiz que
se apoya sobre la punta: ese sistema se caerá
con la más pequeña alteración. —Giró la
cabeza—. Aprendimos que era arriesgado
jugar con los ciclos de la vida, nosotros los
Morlocks; aprendimos que si eliges alterar
los distintos mecanismos que mantienen la
estabilidad atmosférica, entonces deben ser
reparados o remplazados. ¡Qué pena —dijo
con dificultad— que los nuevos humanos,
esos héroes tuyos capaces de viajar a las
estrellas, no hayan aprendido lecciones tan
simples como ésa!
—Explícame lo de las dos estabilidades,
Morlock; ¡porque me parece que vamos a
visitar una o la otra!
En el primero de los estados estables letales,
dijo Nebogipfel, la superficie de la Tierra
ardería: la atmósfera se haría tan opaca como
las nubes sobre Venus, y se convertiría en
una trampa de calor. Tales nubes, de millas
de ancho, impedirían el paso de la mayor
parte de la luz del Sol, dejando sólo un
pálido brillo rojizo; desde la superficie no
podría verse el Sol, ni los planetas o las
estrellas. Los rayos brilla—
rían continuamente en la lóbrega atmósfera,
y la superficie estaría al rojo vivo:
desprovista por completo de vida.
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