Page 549 - Hijos del dios binario - David B Gil
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Capítulo 16
Hablar a la máquina
Alicia despertó con un gemido atravesado en la
garganta y se incorporó de golpe, la piel empapada
en sudor y el miedo acariciándole la espalda. Miró
a su alrededor, ansiosa, mientras trataba de
recordar dónde se hallaba. No se calmó hasta que
reconoció entre las brumas del sueño la silla con su
ropa doblada, las paredes abotargadas de
humedad y la caja de cerveza junto al cabecero de
la cama, colocada a modo de mesa de noche.
Dejó caer la cabeza en la almohada y se enjugó
la frente con el antebrazo. Estaba en Marsella, en la
habitación que le había prestado aquel extraño
hombre llamado François. En un principio le
preocupó, no le costaba reconocerlo, la dudosa
higiene de la cama que pudiera ofrecerle su
anfitrión. Pero el agotamiento la obligó a ser
pragmática y dejar a un lado sus pusilánimes
reparos. Cuando descubrió que François había
puesto sábanas limpias y que el dormitorio
resultaba incluso acogedor en su desorden, fue tal
el agradecimiento que la embargó que debió
reprimir el impulso de abrazarlo.
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