Page 546 - Hijos del dios binario - David B Gil
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—Créame, Bastian Knocht no es salvador de
nadie. —Y para subrayar sus palabras, cubrió la
quemadura con un apósito adhesivo que fijó sin
mucho tacto—. No se moje la herida, manténgala
cubierta y aplíquese gel médico dos veces al día.
Sobrevivirá.
Él se llevó la mano a la mejilla pero no llegó a
apoyarla.
—Entonces, ¿me dirá quién es?
—Le diré que si no quiere caer de nuevo en
manos de esa gente, más vale que empiece a
colaborar con nosotros. Su amiga ha llegado a esa
misma conclusión.
—Así que trabaja con el hombre que está con
ella. Veo que nos tenían bien vigilados.
—Por fortuna para ambos —apostilló Clarice,
echando un vistazo por la ventana—. Y ahora,
dígame qué le ha dicho exactamente a Knocht.
—No le he dicho nada... Tampoco es que él
haya insistido. Parecía más interesado en
quemarme que en hacer preguntas.
—¿Posee una copia del documento que William
Ellis envió a su amiga?
—Si aún no lo tienen, es que Alicia tampoco
confía mucho en ustedes —dijo Girard por toda
respuesta.
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