Page 810 - Hijos del dios binario - David B Gil
P. 810
Kerner se removió incómodo, como si las
palabras de Alicia lo hubieran clavado al asiento, y
se refugió brevemente en el paisaje, en la infinita
variedad de ocres de la llanura sudafricana.
—¿Eran compañeros? —preguntó al fin.
—Era mi amigo.
Suspiró y apartó la vista de la estepa.
—Entonces, por favor, acepte mis disculpas. No
hay noche en la que la muerte del señor Ellis no
pese sobre mi conciencia.
Alicia asintió lentamente, tratando de medir el
alcance de ese arrepentimiento.
—Depende de usted el que su muerte no fuera
en vano, doctor Kerner. Estoy dispuesta a concluir
lo que él empezó, pero para ello debe hablarme del
Proyecto Zeitgeist.
—No… No haré algo así —rechazó su
interlocutor, al tiempo que negaba con la cabeza—.
No sabe lo que me está pidiendo. Destruirían su
vida hasta los cimientos.
—Míreme —le pidió Alicia—. ¿Cree que ha
sido sencillo, que no he recorrido un largo camino
hasta dar con usted?
La determinación en su voz era aplastante.
—¿Cómo me ha encontrado? —preguntó
entonces Kerner—. Han borrado mi nombre de la
810

