Page 28 - EL CORAZON DE LA REVOLUCION
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Tutmosis había escuchado en su templo una historia
sobre el patriarca Abraham, bisabuelo de José, que era
muy triste y había dejado una mancha sobre las tribus de
su descendencia. Se decía que Abraham se presentó
frente al Faraón, con su mujer Zahar Ra, mintiendo que
ella era su hermana. Como era muy hermosa, el Faraón
la tomó como mujer y luego descubrió que ella era en
verdad, la esposa de Abraham. Sintiendo que había
cometido un gran pecado, el Faraón trató de redimirse
entregando gran cantidad de regalos a Abraham, quien
los aceptó complacido.
A raíz de esta historia, siempre quedó en la mente de
Tutmosis, que a los abrahamitas les faltaban principios.
Que eran tribus atrasadas y beduinas, pero entendía que
de cierta forma eran perdonables por su escasa cultura.
Aquel día el Faraón le ofrece a José, el cargo de
consejero, pero con la condición de cambiar su nombre y
abandonar las atrasadas costumbres de su tribu. José
aceptó y pasó a llamarse Yuya. Al poco tiempo, luego de
la muerte de Ajib Ptah, fue nombrado Visir. Siempre cerca
del Faraón, Yuya trató de ayudar a quitar de Egipto la
gran amenaza anunciada en su visión.
Aunque se asimiló al pueblo egipcio, adoptando sus
tradiciones, nunca dejó de ser abrahamita. Por más que
Yuya vio el error de su bisabuelo Ab Ra Am, pensó que
era humano y con muy poca cultura, pero si Dios lo eligió,
seguramente tendría virtudes que él no conocía. Yuya
también perdonó a sus hermanos por la acción tan
denigrante de haberlo vendido como esclavo. Siempre
pensó que él pertenecía a una tribu de pocos principios,
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