Page 383 - Los Sin Nombre - Ramsey Campbell
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Los sin nombre: 34                                                   Ramsey Campbell

            y  que  parecía  no  moverse  en  absoluto.  Le  dolía  la

            espalda  y  su  vestido  estaba  húmedo.  La  arena  del


            pavimento  le  mordisqueaba  los  pies  a  través  de  los

            zapatos.

               Cada vez que hacía autostop sentía un intenso dolor


            en  el  hombro.  Un  par  de  conductores  redujeron  la

            velocidad, pero volvieron a acelerar al ver su rostro. La


            carretera olía a césped, pero en su cabeza permanecía

            el hedor del sótano, la imagen de la jaula. ¿Qué estarían

            haciendo  ahora,  allá  donde  se  hubieran  llevado  a


            Angela?

               A las once ya no existía ninguna acera, de modo que

            tuvo que avanzar por el campo intentando mantenerse


            lo más cerca posible de la carretera. La frondosa hierba

            obstaculizaba  todos  y  cada  uno  de  sus  pasos.  Las

            mariposas se alejaban aleteando, retazos de color que


            se desvanecían momentáneamente al volar, como si su

            visión  fuera  irregular.  Los  coches  brillaban  como


            fuentes en la distancia. Sentía que su garganta estaba

            tan  resquebrajada  como  el  suelo  de  la  orilla  de  la

            carretera.


               En ocasiones se veía obligada a desviarse tanto que

            solo podía seguir la carretera con los ojos. Tuvo que


            cruzar alambradas de púas y suelo industrial (uno de

            aquellos terrenos era propiedad de Rolls‐Royce), pero

            nadie pareció advertir su presencia. Estaba demasiado





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