Page 387 - Los Sin Nombre - Ramsey Campbell
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Los sin nombre: 34                                                   Ramsey Campbell

            brazo  durante  unos  instantes.  Por  fin,  fue  capaz  de

            decir:


               –Gracias a Dios que estás aquí. Temía que te hubieras

            ido.

               Cuando él la miró durante un prolongado momento,


            en completo silencio, Barbara supo que algo iba mal. Al

            ver  que  se  levantaba  bruscamente,  le  dijo  que  le


            gustaría permanecer sentada unos minutos, pero que

            le  agradecería  que  fuera  a  buscarle  algo  de  beber.

            Entonces advirtió que se apartaba de ella, de ella y de


            la joven desnutrida de cabello corto y pajizo que estaba

            sentada al otro lado del banco. La joven tenía algo que

            decirle y, de repente, Barbara se sintió profundamente


            deprimida:  era  otra  pista,  otra  pista  falsa,  otro

            movimiento  de  aquel  juego  interminable  que  nunca

            podría ganar.


               La joven la miró fijamente a los ojos.

               –Hola, mamá –dijo.
































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