Page 70 - Arte e Historia
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Danilo De los Santos
conocimiento con la pintura de Darío Suro, fue en la Bienal (…) en Madrid. Su «Piedad» y sus «Plañideras del
Mar Caribe» fueron de las mejores aportaciones que hizo Hispanoamérica a la bienal. Y hoy, en Barcelona he-
mos podido satisfacer este interés en conocer más a fondo su pintura. Su exposición en la que vuelve a repetirse el
tema de las plañideras, nos da una más exacta medida del interés de esta pintura tan profundamente humana y
tan interesantemente dramática. Una poesía honda y al desnudo preside esta plástica poseída, poseída por una
fuerza casi violenta en su dramatismo, tan simplemente expresado, no obstante. Es una pintura en carne viva en
la que el color parece haber sido arrastrado y sacudido en su entraña por una sensibilidad acuciante y sobrecoge-
dora». «La infantona» es obra de 1952, reproducida como serigrafía muchos años después.
Yoryi Morel. Al maestro le era difícil adaptarse a la ciudad capitalina que había conquistado con
sus exposiciones individuales, su novedosa pintura cargada de dominicanidad, su papel docente en
la Escuela Nacional de Bellas Artes y la estimación de los coleccionistas y de los funcionarios guber-
nativos.
El maestro no podía vivir separado de la ciudad del Yaque, de la Calle Sánchez, de la casa familiar,
de su vecindario; ataduras que determinaron un retorno inequívoco, reasumiendo su atelier citadino, su
academia en la Calle del Sol cercana a la Iglesia de la Altagracia y al frente del Parque Colón. La atención
pública, la demanda social de su pintura y la continuación del reconocimiento siguieron marcando su vida
de maestro junto a los suyos: su amada Ilonka y sus tres hijos, Jorgito, Jano e Ilonkita.
En 1950 la Academia Yoryi celebró exposición anual presidida por el Maestro Jaime Colson,
Director General de Bellas Artes. En 1952, el óleo yoryiano «El Pescador» fue el primer premio de la
VI Exposición Bienal de Artes Plásticas. En 1955 se ve obligado a laborar en los preparativos de la
Feria de la Paz, que conmemora los 25 años de la Era de Trujillo. En 1956 figura entre los 14 artistas
seleccionados para la muestra inaugural del Palacio de Bellas Artes.
En 1957 es invitado a exponer en la inauguración de la Galería Aufant, participando en el Festi-
val de Arte en Santiago, evento oficial organizado para la apertura reunida de las Escuelas de Bellas
Artes del Municipio. Igualmente, en «El arte de nuestro Tiempo», el libro publicado por el crítico
Manuel Valldeperes en 1957, pp.141, 151-152, afirma: «Yoryi Morel se adentra en el alma de nuestro pai-
saje (…) es un pintor de positiva fuerza creadora (…) Su interpretación de la realidad los dos polos del arte: la
humildad y la grandiosidad y su colorido es brillante siempre, pero de una sinceridad sugerente en la que se agota
la capacidad objetiva del pintor».
«Morena», óleo/tela, 57x46 cms., 1959. Visión idealizada de una joven morena del Cibao que representa,
no solo un canto a la negritud dominicana, sino también una estampa de mucha demanda por parte del
público.
«La infantona»
Serigrafía
Darío Suro
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