Page 40 - iIndependencia 1849-1856.
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40	 Wenceslao Vega B.

            han adherido al movimiento, y ha reemplazado al comité insurrec-
            cional, tomando la administración del país. Instalado su cuartel
            general en Santo Domingo, esta junta concentra provisoriamente
            las fuerzas que le llegan de todas partes y se ocupa sin descanso y
            con una inteligente habilidad, de habilitar los medios para sacudir
            el yugo haitiano en todas las provincias que componen la antigua
            parte española de Santo Domingo.

    Continúa diciendo el cónsul a su canciller:

                 Sus sabias disposiciones, la nobleza y la generosidad de su
            conducta y de los principios proclamados, las medidas adoptadas
            hasta ahora para el proceso de su causa y el mantenimiento del
            buen orden, le concede cada día numerosos partidarios. Sus sim-
            patías hacia la Francia no me parecen dudosas; yo mismo tengo
            ciertas razones por creerlas ciertas.1

    Cuando meses después, los dominicanos promulgaron su
primera Constitución, el cónsul Saint Denis se pudo vanagloriar
diciendo:

                 La Constituyente Dominicana ha terminado sus trabajos.
            Bien con vacilaciones, bien con tanteos, sobre todo en lo que con-
            cierne a la inmigración, y los límites de los poderes a acordar al
            Jefe del Estado, desgraciadamente señalan la incapacidad política
            y la vista estrecha e interesada de la mayoría de sus miembros. La
            Constitución ha sido al fin votada. Mis consejos apoyados por
            algunos amigos devotos, miembros de la Constituyente y por la de-
            cisiva intervención del General Santana, quien ha adoptado fran-
            camente mi manera de ver, han triunfado sobre la mala voluntad
            de ciertos enfadados partidarios natos de prevenciones hostiles y
            de perjuicios ciegos hacia los haitianos. Antes de ser sometido a

1	 Emilio Rodríguez Demorizi, Correspondencia del cónsul de Francia en Santo
   Domingo 1844-1846, pp. 21-22.
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