Page 42 - iIndependencia 1849-1856.
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42	 Wenceslao Vega B.

gobierno a la nueva República, aún de manera provisional,3 este
cónsul le dijo a su Gobierno: «Todos los ojos se tornan hacia
Francia; se espera con ansiedad su decisión. Si ella tarda en pro-
ducirse, el país será perdido para los dominicanos y para nosotros
mismos».4

    Pero el gobierno en París era cauteloso, y la respuesta del can-
ciller Francés Guizot, al cónsul Saint Denis fue de negativa:

                 La resolución del Gobierno del Rey no ha cambiado. Importa
            solamente que sea bien comprendida en Santo Domingo. No es un
            abandono, bien lejos de ello. Nosotros deseamos que la República
            Dominicana triunfe sobre las dificultades que entornan su cuna;
            nosotros ayudaremos con placer en todo lo que podrá fortalecerla,
            sea dentro, sea fuera, pero nosotros creemos al menos inútil y en su
            propio interés de no constituirnos en sus protectores. Sin tomar par-
            tida que pudiere soliviantar tantas rivalidades y desafíos, nosotros
            podremos ser eficazmente útiles a la nueva República, pudiendo
            por ejemplo interponer nuestros buenos oficios para que sea reco-
            nocida por la antigua parte francesa. De su parte, ellos pudieren
            aliarse a nosotros por un lazo menos estrecho que un protectorado.5

    Pese a las insistencias del cónsul Saint Denis en los años que
estuvo acreditado en Santo Domingo, la cancillería francesa no
dio seguimiento al pedido de protectorado. Este primer cónsul
fue sustituido por Víctor Place, en octubre de 1847. Recordemos
que Saint Denis había sido acreditado como cónsul en Santo
Domingo, en 1843, cuando el territorio dominicano aún forma-
ba parte de Haití y, por lo tanto, su nombramiento fue ante las
autoridades haitianas. Pero el nuevo cónsul Place fue acreditado
ante el Gobierno dominicano, lo que generó fuertes protes-
tas de parte de los haitianos, que veían en esa designación un

3	 E. Rodriguez Demorizi, Correspondencia del cónsul, p. 126.
4	 Ibídem, pp. 120-121.
5	 Ibídem, p. 172.
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