Page 30 - El alquimista
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A1 día siguiente, el muchacho se encontró con el viejo a mediodía.
Traía seis ovejas consigo.
-Estoy sorprendido -exclamó-. Mi amigo compró inmediatamente
las ovejas. Dijo que toda su vida había soñado con ser pastor, y que
aquello era una buena señal.
-Siempre es así -dijo el viejo-. Lo llamamos el Principio Favorable.
Si juegas a las cartas por primera vez, verás que casi con seguridad
ganas. Es la suerte del principiante.
-¿Y por qué?
-Porque la vida quiere que vivas tu Leyenda Personal.
Después comenzó a examinar las seis ovejas y descubrió que una de
ellas cojeaba. El muchacho le explicó que no tenía importancia porque
era la más inteligente y producía bastante lana.
-¿Dónde está el tesoro? -preguntó.
-El tesoro está en Egipto, cerca de las Pirámides.
El muchacho se asustó. La vieja le había dicho lo mismo, pero no
le había cobrado nada.
-Para llegar hasta él tendrás que seguir las señales. Dios escribió en
el mundo el camino que cada hombre debe seguir. Sólo hay que leer lo
que Él escribió para ti.
Antes de que el muchacho dijera nada, una mariposa comenzó a
revolotear entre él y el viejo. Se acordó de su abuelo: cuando era
pequeño, su abuelo le había dicho que las mariposas son señal de
buena suerte. Como los grillos, las mariquitas, las lagartijas y los
tréboles de cuatro hojas.
-Eso es -dijo el viejo, que era capaz de leer sus pensamientos-.
Exactamente como tu abuelo te enseñó. Éstas son las señales.
Después el viejo abrió el manto que le cubría el pecho. El mucha-
cho se quedó impresionado con lo que vio, y recordó el brillo que
había detectado el día anterior. El viejo llevaba un pectoral de oro
macizo, cubierto de piedras preciosas.
Era realmente un rey. Debía de ir disfrazado así para huir de los
asaltantes.
-Toma -dijo el viejo sacando una piedra blanca y una piedra negra
que llevaba prendidas en el centro del pectoral de oro-. Se llaman
Urim y Tumim. La negra quiere decir «sí» y la blanca quiere decir «no».
Cuando tengas dificultad para percibir las señales, te serán de utilidad.
Hazles siempre una pregunta objetiva, pero en general procura tomar
tú las decisiones. El tesoro está en las Pirámides y esto tú ya lo sabías;
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