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Crónicas (continuación)
Sombra proyectada en el interior del Memorial.
Interior del Memorial del Genocidio, Tsitsernakaberd.
como ése, el monasterio de Geghard, es donde el cristianismo
se siente en la austeridad de una espiritualidad elemental, des-
pojada, sin imposturas. Como sucede también en los otros tem-
plos que conocí en Armenia, que contrastan con la fastuosidad,
el despliegue y la rica imaginería de las grandes iglesias y cate-
drales europeas. Acá el cristianismo, condimento fundamental
de la armenidad, se respira y resuena en las entrañas. En el do-
mo del monasterio, robado a las entrañas de la montaña, el eco
devuelve la propia voz de un Der voghormiá espontáneo, con
una profundidad que resuena en los rincones de la memoria.
La vivencia más fuerte, sin embargo, la tuve cuando visi-
té el memorial del Genocidio, Tsitsernakaberd. Llegamos con
Michel y Vahagn al final del día, en una noche de tormenta
eléctrica. Al aproximarnos a los gajos de la fortaleza, el silencio
era sobrecogedor. Ingresé en solitario, y me encontré con los
furiosos latigazos de la llama votiva, a las que las ráfagas de
viento no daban respiro. La luz en el centro proyectaba sobre el
interior de la estructura la silueta danzante de mi cuerpo. Atiné Acordeonista en la Plaza de la República.
a filmar esta fantasmagoría de luces y sombras, que me rodeaba NOTAS:
de ausencias. Los rayos de la tormenta en el horizonte comple- [1] Nicéforo Niépce, uno de los inventores de la fotografía.
taban una escenografía cinematográfica. Vahagn me tomó una [2] Helen Evans, doctora en historia del arte del MET, espe-
foto con la mirada fija en las llamas, que evocan la memoria de cializada en la época medieval y apasionada de la cultura
las víctimas. El Museo estaba cerrado, ya era tarde. No hizo armenia.
falta visitarlo. Había recibido el mensaje: no me olvides . [3] https://www.youtube.com/watch?v=uobqqFHiIgc
[4] Los damascos son mi fruta preferida. Su nombre científi-
En un costado de la plaza de la República un anciano de co es prunus armeniaca, por obvias razones.
perfil armenio inocultable repetía una tonada casi como un [5] Der voghormiá: “Señor ten piedad”. Expresión litúrgica
mantra, mientras se hamacaba cadencioso en el lugar, buscando armenia.
con los ojos algún paseante que le prestara algo de atención. Me
reconoció en una deriva de su mirada, mientras le sacaba una AGRADECIMIENTOS:
foto. Se le abrieron los ojos, enormes, y asintió con la cabeza, Tatev Mnatsakanyan; Sergio Baur; Miguel Tchilinguirian;
como reconociendo algo en ese extraño, que le resultó familiar. Michel Lacanaud ; Vahagn Grigoryan; Raúl Álvarez, por
En un instante retomó en su acordeón, las caricias de esa melo- estar siempre listo y siempre cerca; finalmente muy especial-
día armenia. mente a todo el equipo de HUMUS .
Fue en ese momento, en esa música y en esa mirada, Para saber más sobre el Festival, los invito a entrar en la
recién ahí, que “se me piantó un lagrimón” melancólico, y me página del mismo www.amphotofestival.com, o buscar su
página en Facebook, ya que no quiero ocupar espacio en
sentí por fin en casa. ֎ esta crónica, visto que toda la información está disponible
para los interesados, si buscan 1st. Armenian International
(Escrito en cuarentena, abril de 2020). Photo Fest.
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