Page 55 - HUMUS_40_aniversario_Edicion_digital
P. 55
Un homenaje imprescindible
A
poco de haber iniciado el proyecto de editar este número especial, surgió el deseo de
evocar a aquellos amigos y compañeros con quienes compartimos la idea, la voluntad y
el esfuerzo inicial de publicar Humus y que hoy, 40 años después, ya no están físicamen-
te con nosotros.
Ellos fueron eslabones fundamentales de aquella experiencia original, dejaron su huella en
nosotros y, lamentablemente, se marcharon más temprano. Este homenaje intenta dejar un pe-
queño testimonio para aquellos que no tuvieron la fortuna de conocerlos como los conocimos
nosotros.
Las vidas de Sergio y Diky fueron mucho más intensas e inmensas de lo que en estas breves
líneas podríamos narrar. Dicen que la única muerte es el olvido y tengan por seguro que ellos no
se han ido nunca de nuestra memoria.֎
Sergio Gerardo Ohanessian (1962-1989) fue uno de los integrantes iniciales
de Humus y uno de los más entusiastas. A diferencia del resto de los que
hacíamos la revista, las inclinaciones de Sergio iban más por el camino de la
música que por los de la literatura o el dibujo.
Aun así, dejó escritos algunos textos como el poema que reproduci-
mos a continuación y que fue publicado en 1981: Sergio tenía entonces
apenas 19 años.
Su verdadera pasión, como dijimos, era la música. Notable ejecutan-
te de piano –en sus últimos años había tomado clases con Lito Vitale– Ser-
gio tenía en mente el ambicioso proyecto de componer una obra conceptual
titulada “Avarair” que quedó inconclusa y cuyos registros creemos que se
han perdido.
La muerte de Sergio -absurda, trágica y tan temprana- nos privó de
su amistad y de todas las posibilidades que podía ofrecernos su arte.
“Y luego ellos”
Aquella mañana muerta en el olvido
de octubre y el señor de los olivos
en un ambiente… miraba con sus ojos…
lúgubre las lunas y las estrellas
ya no se oía el coro ya formaban
las iglesias ya no gritaban en la colina de la nada
su aterradora alarma, el monte mostraba su tristeza
ya todos sabían y el pueblo turco estaba de fiesta
que les había llegado la hora los cuervos volaban
aquella hora amarga sin soga
sin sabor a vida y comían
sin sabor a mar carroñas…
sin color a huerto sobras de las señoras
sin sabor a esperanza ya no se veía al señor
sin olor a vino en el olivo
con olor a nada su butaca estaba vacía ...
Ilustración original del poema de Sergio la vida era palabra
(por Diky Hovaghimian)
53

